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Conocer las repuestas a preguntas importantes

20/04/2010

Conocer las repuestas a preguntas importantes

Cuando comprende bien las principales categorías de activos financieros (activos del mercado monetario, renta fija y renta variable y derivados), podrá elegir productos concretos. No dude en hacer todas las preguntas necesarias para entender los productos y despejar dudas. 

¡Nunca invierta su dinero en un producto que no entiende!

Pida que le expliquen cómo encaja un producto determinado con su perfil de inversión. Recuerde que un intermediario autorizado no puede recomendarle un producto sólo porque está en campaña. Debe evaluar si es adecuado para usted.

Aunque no es necesario que sea usted un experto en todos los aspectos técnicos de los productos, sí debe tener claras las respuestas a ciertas preguntas.

¿Cómo puedo ganar dinero con esta inversión?

Algunos productos generan ingresos a lo largo de su vida en forma de intereses o dividendos, pagados al titular, que se pueden reinvertir o no. Otros obtienen su rentabilidad porque se compran por un precio con la esperanza de que, con el tiempo, podrán venderse a un precio mayor y obtener así un beneficio (revalorización).

Pregunte qué tiene que ocurrir para que esta inversión concreta obtenga rentabilidad: una subida en los tipos de interés, un resurgir del mercado inmobiliario, una variación en el precio de otro producto... Antes de comprar acciones o bonos de una empresa individual conviene saber:

Pregunte siempre: ¿Qué tiene que ocurrir para que usted gane dinero con su inversión?

  • ¿Se trata de una empresa consolidada con experiencia o de nueva creación? ¿Qué experiencia tiene su equipo de gestión? ¿Qué trayectoria ha tenido su precio hasta ahora?
  • ¿Cómo está la empresa en comparación con su competencia?
  • ¿Tienen beneficios? ¿Reparten dividendos?
¿Cuánto puedo perder?

Se trata de conocer el nivel de riesgo del producto. Como ya hemos visto, en finanzas, “riesgo” se refiere a la incertidumbre sobre el rendimiento que va a tener la inversión. Es la posibilidad de que el valor de una inversión sea superior o inferior a lo esperado. Toda inversión financiera lleva implícito algún grado de riesgo y cada inversor debe determinar el riesgo que esté dispuesto a asumir, según su perfil.

Existen diferentes clases de riesgo que pueden afectar al rendimiento de distintos tipos de inversión, pero normalmente se habla genéricamente de “riesgo de precio”, que es la posibilidad de que un activo financiero sufra una variación en su precio, causada por:

  • Factores específicos del tipo de título (renta fija, renta variable).
  • Factores relacionados con su emisor particular (tipo de empresa u organismo, sector de actividad, tamaño, equipo de gestión).
  • Factores externos que afectan de manera global a la evolución de los mercados (situación económica en general, tipos de interés, noticias de índole política…).

Un activo con alto riesgo puede perder valor rápidamente al producirse un empeoramiento de algunos de estos factores, pero también subir en valor si mejoran las condiciones. Un activo con bajo riesgo se verá menos afectado con las subidas y bajadas del mercado en general.

La inflación

No hay que olvidarse del riesgo de inflación. Es el riesgo de que los rendimientos obtenidos sean disminuidos o anulados por la subida del coste de la vida. La inflación es el riesgo escondido de cualquier inversión.

Una inversión en renta variable con una rentabilidad anual media del 10,7%, doblaría su valor después de unos siete años. Pero considerando una tasa de inflación anual del 3,1%, el inversor tardaría unos 10 años para doblar su capacidad económica real.

Cualquier inversión que obtenga una rentabilidad por debajo de la tasa de inflación esta perdiendo valor.

Mucha gente tiene la creencia de que lo más “seguro” es tener sus ahorros en una cuenta bancaria a la vista, o incluso bajo el colchón, pero lo único que pueden tener por seguro es que dentro de unos años, ese dinero habrá perdido valor. De hecho, cualquier inversión que obtenga una rentabilidad por debajo de la tasa anual de inflación, está perdiendo valor.

¿Qué pasa si necesito mi dinero antes de lo previsto?

Algunos productos tienen mayor liquidez que otros y por lo tanto ofrecen mayor posibilidad para deshacerse de la inversión en caso de necesidad. La liquidez es la facilidad de vender un activo, o convertirlo en dinero, cuando así lo desea su titular, sin tener que esperar al vencimiento, y al precio de mercado.

Un activo es más líquido cuanto más fácilmente se puede vender a corto plazo, al precio de mercado. (Ofrecer títulos a precio de ganga, no aumenta la liquidez de los mismos, aunque sí su facilidad de venta.)

Mientras la rentabilidad y el riesgo suelen subir y bajar en la misma dirección, la relación entre rentabilidad y liquidez, sin considerar otros factores, es inversa.

Pudiendo elegir entre dos inversiones con la misma rentabilidad pero distintos grados de liquidez, los inversores, lógicamente, siempre preferirán la inversión más líquida.

Los fondos de inversión garantizados son un ejemplo de un producto poco líquido. Tienen una fecha de vencimiento de la garantía. Si usted suscribe un fondo garantizado y luego necesita recuperar el dinero invertido antes de esta fecha, podría obtener un rendimiento muy por debajo de la rentabilidad garantizada, e incluso registrar una pérdida. Además, tendría que pagar unas comisiones extras, que reducen aún más la rentabilidad.

Los mercados secundarios aportan liquidez a los activos financieros. Un titulo emitido por una empresa que cotiza en bolsa (acciones), al que tienen acceso miles o millones de inversores es, en general, infinitamente más fácil de vender que uno de una empresa no cotizada en bolsa.

No obstante, es importante entender que el hecho de que un valor sea muy líquido no implica que no se pueda perder dinero. Por ejemplo, las acciones del Ibex 35 son muy líquidas y un inversor puede venderlas fácilmente, pero ¿a qué precio? Al precio de mercado en ese momento, que podrá ser superior o inferior al que tenían cuando se adquirieron.

La liquidez de los activos tiene más importancia cuanto menor es el horizonte temporal del inversor.

¿Qué gastos y comisiones tendré que pagar?

De la misma forma que en la elección de su intermediario, antes de elegir productos específicos de inversión es importante informarse de las tarifas y comisiones aplicables a cada uno. Debe conocer el importe total de los gastos y comisiones asociados a la compra y tenencia del producto.

Por ejemplo, para adquirir acciones de empresas o fondos de inversión cotizados, le será necesario abrir una cuenta de valores y pagar sus correspondientes gastos de administración. Recuerde que todos los gastos y comisiones reducen considerablemente la rentabilidad de la inversión.