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Opera desde casa de forma segura

22/03/2020

Opera desde casa de forma segura

Durante estos días de cuarentena es prudente utilizar los servicios online de tu banco para gestionar tus asuntos financieros como medida de prevención, aunque siga existiendo la posibilidad de acudir a aquellas sucursales que los bancos mantienen abiertas y operativas. ¿Quieres operar con tu cuenta bancaria y comprar por internet de forma segura? Si dispones en casa de un ordenador, ya está resuelto.

La operativa online nos brinda la posibilidad de tener el banco a nuestra disposición 24 horas al día y todos los días del año desde nuestro ordenador, tableta o teléfono móvil. Para ello, deberás, en primer lugar, haber firmado un contrato. Fíjate bien en sus condiciones, aunque lo normal es que puedas realizar tus operaciones habituales de forma gratuita: comprobar saldos, realizar transferencias, gestionar recibos e, incluso, contratar productos.

El hecho de que contratemos a distancia no limita nuestros derechos como consumidores. El banco está obligado a facilitarnos la correspondiente información precontractual y contractual cuando sea oportuno. La rapidez y la sencillez de la contratación por internet no debe llevarnos a tomar decisiones precipitadas. Gracias a la tecnología, puedes comparar fácilmente en el mercado las condiciones de los distintos productos y servicios.

Recuerda que para evitar riesgos a la hora de operar con tus claves debes:

  • Desconfiar de correos y mensajes que no provengan de una fuente legítima.
  • No enviar nunca por correo electrónico tus claves. Tampoco las compartas en redes sociales.

  • No facilites datos confidenciales.

  • Cambia con regularidad la clave de firma.

 En cuanto a los pagos electrónicos, la vigente normativa PSD2 establece las medidas de protección, exigiendo a los usuarios una autenticación reforzada. Hasta ahora, cuando hacías compras por internet, normalmente bastaba con dar el número de tarjeta, la fecha de caducidad y el CVV (código de seguridad del reverso). Sin embargo, estos elementos han dejado de ser suficientes en términos de seguridad.

La autenticación sirve para comprobar la identidad del usuario que está realizando un pago. Su objetivo es verificar que la persona que paga es quien dice ser. La autenticación reforzada exige, además, que en el pago se utilicen al menos dos datos distintos para acreditar la identidad y reducir el riesgo de fraude. A estos datos se les llaman factores de autenticación, deben ser independientes entre sí y pueden consistir en algo que:

  • El cliente conoce (factores de conocimiento): una contraseña o un PIN.
  • El cliente posee (factores de posesión): una tarjeta, dispositivo móvil, una notificación al móvil (OTP), etc.

  • El cliente tiene en sí mismo o le es inherente (factores de inherencia): huella dactilar, iris, etc.

 

 

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